viernes, 5 de febrero de 2010

La Guerra de Troya,



Una de las narraciones más conocidas de la antigua Grecia es la de la Guerra de Troya. En una época en la que todavía los dioses se manifestaban a los hombres y a veces se mezclaban entre ellos, una boda fue el origen de la mayor guerra que hasta entonces conocieron los helenos.

Por orden de Zeus, la ninfa marina Tetis se casó con un mortal, el rey Peleo. Todos los dioses fueron invitados menos la diosa de la discordia, Eris, que decidió vengarse haciendo lo que mejor sabía, encizañar. Se presentó en el banquete y dejó caer una preciosa manzana hecha con oro en la que se podía leer "La más hermosa".



Como os podéis imaginar las principales diosas comenzaron a pelearse por ella, Atenea defendía que ella además de bella era inteligente y que la merecía más que ninguna, Hera hacía valer su matrimonio con Zeus, que la hacía reina de los dioses, mientas que Afrodita clamaba porque ¿quien mejor que la diosa de la belleza y del amor para recibir ese regalo? No consiguieron ponerse de acuerdo y a ningún dios se le ocurrió intentar mediar por miedo al rencor de las dos que no obtuvieran la manzana, así que Zeus decidió que sería Paris, el hermoso hijo pequeño del rey Príamo de Troya, quien decidiese.



Ninguna de las diosas quería perder, así que cada una ofreció una recompensa a Paris si la elegía a ella (¡eso era jugar sucio!). Atenea le ofreció sabiduría, destreza en la batalla y las habilidades de los grandes guerreros; Hera le ofreció poder político y el control de toda Asia, y Afrodita le ofreció el amor de la mujer más bella del mundo... ¿A quién eligió Paris? ¡A Afrodita!, consiguiendo con ello el rencor de Atenea y de Hera tanto para sí como para su ciudad, Troya.



....................................Paris..........Hermes (de pie)..... Atenea....Venus.......Hera.


Pero había un problema, la mujer más hermosa del mundo, que era Helena (hija de Zeus) ¡Estaba casada con el rey de Esparta, Menelao! A pesar de ello Afrodita cumplió su promesa, ambos se conocieron, se enamoraron y escaparon juntos... aunque eso no gustó mucho a su marido, por supuesto.



Menelao, apoyado por su hermano Agamenón, rey de Micenas, reunió la mayor flota de helenos jamás vista y planeó el ataque a la poderosa Troya para recuperar a su esposa. Además de numerosos soldados y reyes, contaba con importantes héroes, siendo el más importante el temperamental Aquiles, hijo de los ya conocidos Peleo y Tetis. Además de su fuerza y habilidad en el combate, era casi indestructible, puesto que su madre le había sumergido en la laguna Estigia para protegerle de cualquier herida que pudiera recibir... pero como le sujetó de un talón mientras lo hacía éste no se mojó con las aguas de la laguna de los muertos y era su único punto débil. Patroclo era su mejor amigo.








Atacar Troya no era empresa fácil, poseía unas sólidas murallas y también un poderoso ejército y guerreros temibles como Héctor, hermano de Paris. Así que los troyanos, confiados de su fuerza y de sus defensas esperaban que los helenos se cansasen del asedio y se fueran. en las escaramuzas que se produjeron en los diez años que duró el sitio de la ciudad nos cuenta el aedo (poeta épico) Homero hubo combates y desgracias en ambos bandos. Cuando Aquiles discutió con Agamenón y abandonó a los helenos su amigo Patroclo intentó obligarle a volver luchando con su armadura y haciéndose pasar por él... Pero no poseía su capacidad y su fuerza y Héctor le dio muerte pensando que era Aquiles. Cuándo éste se enteró de la muerte de su amigo decidií vengarse, y volvió para retar a Héctor a un combate singular, donde lo mató y, llevado por la ira, ató su cadáver a su carro y le arrastró frente a las murallas de Troya para humillar la memoria del guerrero y atormentar a su familia.



Tal es el dolor que sufría la familia real troyana al no poder enterrar como se merecía al gran Héctor, que el rey Príamo se atrevió a salir a escondidas de la ciudad y a presentarse ante Aquiles, al que rogó llorando y humillándose que le devolviera el cuerpo de su hijo y poder así enterrarle con todos los honores que merecía: los de un excelente guerrero, valiente y honorable, que mató a Patroclo, sí, pero en un combate cuerpo a cuerpo y pensando que con el que luchaba era el propio Aquiles. Tal es el dolor que mostró, que Aquiles decidió devolvérselo emocionado por la valentía y el amor de Príamo hacia su hijo.








En todas estas escaramuzas participaron los dioses, unos apoyando a Troya, otros a los helenos. Pero las fuerzas estaban equilibradas y la violencia se mostró incapaz de conseguir la rendición de la ciudad. Es en este momento entró en juego el ingenio. El rey de Ítaca, Odiseo (Ulises para los romanos) era un personaje astuto, capaz de engañar a cualquiera gracias a su inteligencia e ingenio. Llegó a la conclusión que si no podín entrar en la ciudad por la fuerza, conseguirían que fueran los propios troyanos los que los introdujeran dentro de ella. Ordenó a todas las naves a partir y mantenerse a distancia de la costa, y a construir un caballo con maderas que debe aparentar ser una ofrenda de paz ofrecida por los helenos. Dentro de la oquedad del caballo se escondieron Odiseo y sus soldados.



En Troya todos se alegraron por la partida de los enemigos, pero dos personas dan la voz de alarma, el sacerdote Laocoonte y la profetisa Casandra, hermana de Héctor y Paris. El enfurecido Poseidón hizo que salieran serpientes del mar, que mataron a Laocoonte y a sus hijos... y nadie hizo caso a Casandra porque nunca escuchaban sus advertencias... ¿Por qué nunca la tenían en cuenta cuando decía algo importante? Todo tiene su explicación: la hermosa Casandra se había pasado de lista cuando del dios Apolo intentó seducirla, y le prometió acceder a sus deseos si él le concedía el don de la adivinación. Pero cuando lo obtuvo ¡no quiso nada con él! y éste, enfurecido le permitió seguir conociendo el futuro pero hizo que nadie creyese lo que decía.







Troya estaba ya sentenciada, después de que celebrase con cánticos, danzas y alcohol la partida de los helenos quedó sumida en el profundo sueño de la borrachera, del que no se escaparon ni los soldados del ejército. En este momento fue cuando Odiseo y sus hombres salieron de su escondite y abrieron las puertas de la ciudad, que fue arrasada. A pesar de ello debieron sufrir una gran pérdida, la del gran Aquiles, que murió cuando una flecha de Paris le acertó en su único punto débil, su talón.



Muchos troyanos murieron y el resto fue tomado como esclavo, sólo consiguierpn escapar Eneas y su familia, uno de sus mejores guerreros, gracias a la ayuda de su madre, que era nada menos que la diosa Afrodita... Aunque cómo escaparon y el largo viaje que iniciaron es otra historia que conoceremos cuando lleguemos al tema de Roma.



Una vez recuperada Helena, ésta no había perdido ni un ápice de su belleza (¡cómo podía hacerlo si era hija del rey de los dioses!), así que Menelao la perdonó y volvió con ella a Esparta a la vez que todos sus aliados se repartían el botín obtenido en la ciudad y se preparaban para regresar también a sus casas. ¿Qué pasó con el astuto Odiseo? El largo y peligroso viaje del rey en su intento de volver a su amada Ítaca y reencontrarse con su esposa Penélope y su hijo Telémaco... es también otra historia que conoceréis mañana.



Ya hemos visto que fue el poeta épico Homero el que nos habló de esta guerra (concretamente de su final), lo hizo en la Ilíada, que debe su nombre a que los helenos llamaban a Troya "Ilión", de la misma manera que el poema en el que narra las aventuras de Ulises (Odiseo en griego) se llama Odisea.



Una fascinante historia con aventuras, guerras, trampas, desgracias y amor... ¿se puede pedir algo más emocionante?


Canta, oh diosa, la cólera del Pélida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves. Cumplíase la voluntad de Zeus desde que se separaron disputando el Átrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.



Así es como empieza la Ilíada, con la discusión entre Aquiles, hijo de Peleo, y el rey de Micenas, Agamenón. Además de las traducciones más fidedignas, existen adaptaciones que hacen la lectura más fácil para los jóvenes, por ejemplo las adaptacones hechar por Rosemay Sutcliff (Naves negras ante Troya) y editadas en Vicens Vives (además de ilustradas por Alan Lee, del que todos habréis visto su estupendo trabajo en "El Señor de los Anillos").

No hay comentarios:

Publicar un comentario