martes, 29 de diciembre de 2009

Los guerreros de Xi'an.

En la primavera de 1974, unos campesinos de Lintong estaban excavando cerca del monte Li, no lejos de la antigua ciudad de Xi'an, cuando casualmente encontraron fragmentos de una estatuilla de terracota. Según una antigua tradición histórica, cerca del pueblo de Lin Tong, bajo un montón de tierra se encontraba sepultado el primer emperador de China. Las leyendas tenían razón: era el primero de los 7.000 guerreros de terracota que montaban guardia en el mausoleo del emperador Qin Shi Huang.

El complejo monumental se compone de varias estructuras: el centro está constituido por el enorme túmulo sepulcral, una auténtica colina artificial. El historiador Sima Qian escribió que la tumba contenía maravillas increíbles; el techo de la cámara fúnebre era de bronce salpicado de gemas como si de un cielo estrellado se tratara; en el suelo había ríos de mercurio, que se hacían fluir mecánicamente, y que representaban el río Amarillo y el rio Azul. Según el mismo historiador, alrededor había maquetas de palacios y de torres y espléndidos tesoros. El primer emperador quiso que los artesanos instalasen en la entrada de la cámara sepulcral ballestas accionadas automáticamente para herir a cualquiera que se atreviera a profanar la tumba. En el exterior se plantaron árboles y todo tipo de vegetación a fin de que el túmulo tuviera el aspecto de una auténtica colina. Esta maravilla sigue hoy en día inviolada: la excavación arqueológica de un monumento complejo como el túmulo de Qin Shi Huangdi requerirá esfuerzos durante varias décadas, pero aunque la descripción de Sima Qian todavía no ha sido confirmada, la estructura exterior de la tumba y del complejo funerario parece confirmar la idea de que la tumba constituye una réplica de los palacios imperiales del templo, y que todo el complejo funerario es un auténtico diagrama cósmico.

Las figuras de los soldados están modeladas en terracota para reproducir fielmente el ejército que había servido a Qin Shi Huangdi en vida. Todas las estatuas estaban pintadas de vivos colores, y la diversidad en la vestimenta y en el peinado evidenciaban la pertenencia a estirpes y etnias distintas. Las diferentes posturas del cuerpo y la posición de las manos de algunos permiten suponer que empuñaban armas. La tumba debió ser saqueada durante la gran revolución que puso fin a la dinastía; los revolucionarios, que penetraron en la cámara del ejército silencioso, lograron apropiarse de las armas sustraídas a los guerreros formados.

Algunos años después, en diciembre de 1980, al oeste del túmulo, se efectuó otro sorprendente descubrimiento. En el interior de un foso se hallaron dos carros de bronce de dos ruedas, con barra simple y tiro de cuatro caballos, que reproducen fielmente los carros de gala.

Los trabajos para la construcción del grandioso complejo funerario aún no se habían terminado cuando Qin Shi Huangdi murió a los 48 años de edad. Prueba de ello es el descubrimiento de un cuarto espacio subterráneo, situado entre las fosas 2 y 3; esta cuarta fosa estaba vacía. El hallazgo parece sugerir que los trabajos de construcción de las fosas fueron abandonados inmediatamente después de la muerte del emperador; nunca sabremos cuántas fosas más debieron excavarse y cuántas figuras más modelarse para acompañar al soberano en su largo viaje.


Fuente: http://historiarte.net/descubrimientos/xian.html

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