miércoles, 24 de marzo de 2010

El legado cultural grecolatino,

Orfeo rodeado de animales amansados por su música.

Cuando hablamos del legado cultural que las civilizaciones griega y romana nos han dejado a veces olvidamos de ambas la que más responsabilidad tiene de ello es Roma. Es gracias a la admiración y la fascinación que Roma sintió por Grecia que gran parte de su pensamiento, literatura, filosofía, arte, etc. ha llegado hasta nosotros. Como expresó el poeta latino Horacio: "Graecia capta ferum victorem cepit et artes intulit agreste Latio", lo que quiere decir "La vencida Grecia conquistó a la fiera Roma, e introdujo las artes en el agreste Lacio" explicando cómo un territorio conquistado fue capaz de ejercer tan gran influencia cultural sobre su conquistador.

La mitología griega, copiada por los romanos ha pervivido hasta nosotros durante siglos en las artes. Pintores, escultores, escritores y músicos han utilizado estas historias como inspiración de sus obras.

Uno de los mitos que más me gustan es el del hijo del dios Apolo y la ninfa Calíope (musa de la poesía épica y de la elocuencia), el joven Orfeo. De sus padres recibió el don de la música, causando admiración entre todos aquellos que le escuchaban. Gracias a su habilidad enamoró a la ninfa Eurídice, con la que se casó.



Pero su felicidad fue muy breve, puesto que su amada esposa murió por la picadura de una víbora. Desesperado, Orfeo desciende a los mismísimos infiernos para intentar rescatarla. Consigue adormecer al temible guardián de las puertas del Inframundo, el monstruoso perro de tres cabezas Cerbero para poder entrar en el reino del dios Hades (Plutón para los romanos). Allí consigue conmover con su música a la reina del infierno, Perséfone (Proserpina), que convence a su marido para que deje marchar a Orfeo con el alma de Eurídice. Una vez concedida esta insólita petición, Hades y Perséfone imponen una condición: Orfeo tendrá que salir de los infiernos sin poder mirar hacia atrás, por lo que tendrá que confiar en que Eurídice le sigue porque no podrá comprobarlo por sí mismo. Orfeo resiste la curiosidad durante todo el trayecto, pero cuando está a punto de llegar al mundo exterior no puede evitar querer ver a su amada y vuelve la cabeza, para observar, desconsolado, cómo el alma de Eurídice se aleja por no haber cumplido las condiciones de los dioses.
Orfeo vaga desde ese día afligido por su pérdida, su música se vuelve extremadamente triste y en vez de serenar a los hombres y fieras los sume en la melancolía. Finalmente, muere trágicamente.

Una de las primeras obras musicales denominadas "ópera" (una mezcla entre pieza musical y teatro, con una historia con los diálogos cantados y con acompañamiento musical en la que los cantantes deben poseer técnicas vocales extraordinariamente buenas por la dificultad de las composiciones) está dedicada a esta historia mitológica, es del italiano Monteverdi y es bellísima, aquí tenéis un fragmento, correspondiente a los festejos por la boda de Orfeo y la ninfa Euridice.

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