viernes, 19 de noviembre de 2021

"Mi agua es perlas fundidas": poemas en la Alhambra.


Detalle de decoración caligráfica en la Alhambra. Fuente: AlhambradeGranada.org

Ya sabéis que en el arte musulmán se suele utilizar la elegante caligrafía árabe como decoración. El bellísimo palacio de la Alhambra posee miles de inscripciones de este tipo, escrituras cursivas y cúficas en las que no sólo podemos leer «sólo Dios es vencedor» (frase que se le adjudica a Zawi ben Zirí, fundador de la dinastía nazarí), sino poemas realizados por tres poetas de la Corte de Granada, Ibn al-Yayyab (1274-1349), Ibn al-Jatib (1313-1375) e Ibn Zamrak (1333-1393), que fueron secretarios de la cancillería real y primeros ministros. De entre ellos Ibn Zamrak es considerado como el más brillante de los poetas de la Alhambra.

En AlhambradeGranada.org podéis encontrar algunos de estos poemas y, a continuación, disfrutar cantado del que decora el tazón de la fuente de Lindaraja.




MÚSICA ANDALUSÍ - Mi agua es perlas fundidas (Ibn Zamrak, 1333 - 1393).

Intérprete: Eduardo Paniagua.
Imágenes: La Alhambra de Granada (España).

Letra: (Fragmento)



Logro el grado más alto en hermosura y a los hombres de mundo mi ser asombra.

Nadie espacio más grande vio que el mío, por igual en Oriente y Occidente; ni rey, cristiano o árabe, tuvo antes una fuente que a mí se pareciera.

Yo soy un orbe de agua que se muestra a las criaturas diáfano y transparente
una gran Océano cuyas riberas son de mármol escogido y cuyas aguas, en forma de perlas fundidas, corren sobre un inmenso mármol primorosamente labrado.

Me llega a inundar el agua, pero yo, de tiempo en tiempo, voy desprendiéndome del transparente velo con que me cubre. Entonces yo y aquella parte del agua que se desprende desde los bordes de la fuente,
aparecemos como un trozo de hielo, del cual una parte se funde y otra parte no. Pero, cuando mana con mucha abundancia, somos sólo comparables a un cielo tachonado de estrellas.

Díjome: que haya dicha eternamente para el bravo, de estirpe galibía, descendiente de reyes del Yemen (de excelencia luceros, cuna noble, los Jazray Banu Qayla, paladines de la fe, valedores del Profeta). Te acerca su ventura lo lejano; su guía te esclarece lo sombrío, en un país que está siempre a buen seguro, con vasallos de vida acomodada, jefe al par mundanal y religioso, de un altísimo imperio en el sagrado.

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