Primero es necesario diferenciar entre el Estado Llano y los estamentos privilegiados. Evidentemente, los nobles y clérigos podían conseguir alimentos más variados y abusar de los más caros, como la carne. Incluso utilizaban sus comidas y banquetes como una forma de demostrar su poder adquisitivo llenando sus mesas de manjares fuera del alcance del resto de la sociedad.
¿Pero cómo comía la mayoría de la población? El alimento principal era el pan del que podía llegar a consumirse más de kilo y medio al día. El pan se acompañaba con queso o verduras y legumbres que se podían tomar en sopa o puré. Cuando no se disponía de plato o cubiertos el pan hacía las veces de estos objetos.
La carne era muy cara y por tanto se consumía en fechas señaladas y no todos los días. La caza furtiva en los bosques señoriales estaba prohibida, por lo que se debíra recurrir al pescado, de agua dulce o salada dependiendo de la región, para añadir más proteínas a la dieta.
Las principales bebidas eran la cerveza y el vino. La primera era más común en el norte y este de Europa mientras que en el sur predominaba el vino.
En la Edad Media se cocinaban durante mucho tiempo los alimentos y se les añadían gran cantidad de hierbas aromáticas. Para los dulces se utilizaba la miel.
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