miércoles, 23 de marzo de 2016

El nudo Gordiano.

Alejandro cortando el nudo gordiano. De historias con Historia.




Artículo de Blogolengua.

¿Qué es “cortar el nudo gordiano”? Es resolver un problema imposible mediante una acción tajante y sin contemplaciones. También se suele utilizar para referirse a lo esencial de un asunto que es difícil de comprender, pero que si le llega descubrir se pueden resolver sus implicaciones.

El origen de la expresión alude al nudo que ataba al yugo el timón del carro del rey Gordias de Frigia y que Alejandro Magno, ante la imposibilidad de deshacerlo porque sus cabos estaban ocultos, decidió cortarlo con la espada y cumplir el oráculo que prometía el dominio de Asia a quien consiguiera soltarlo.

El nudo existió realmente y la solución alejandrina también, pero el origen del nudo y su sentido son míticos. Según la leyenda, en el siglo IX a.C., el oráculo de Sabazios anunció a los frigios, que se encontraban en una guerra civil y sin rey, que debían coronar al primer hombre que entrara en la ciudad en un carro tirado por bueyes. Así apareció el campesino Gordias, que se dirigía a consultar al oráculo si el hecho de que un águila se hubiera posado en su arado podía ser considerado un augurio de que se convertiría en rey. Proclamado rey de Frigia, fundó la ciudad de Gordio y, en señal de agradecimiento, ofreció al templo de Zeus su carro y ató el timón y el yugo con un nudo cuyos cabos se escondían en el interior, y tan complicado que nadie lo podía soltar.

Para preservar su imperio, y puesto que Gordio era una ciudad estratégica por donde debían pasar los posibles enemigos, los persas inventaron el mito de que sólo quien pudiera desatar el nudo inextricable podría conquistar Asia. Intentarlo sin haber desatado el nudo conducía al fracaso. Estos mitos constituían una forma de guerra psicológica, porque en aquel tiempo los soldados creían en ellos y no estaban dispuestos a emprender aventuras bélicas que no estuvieran avalados por ellos.

Alejandro Magno quería conquistar el Imperio Persa y cuando, en el año 333 a.C., alcanzó la ciudad estratégica de Gordio se encontró con el famoso nudo. Para evitar las reticencias de su ejército y asegurarles el éxito, lo cortó de un tajo con su espada y dijo: “Es lo mismo cortarlo que soltarlo” o “tanto monta, cortar como desatar”.

Alejandro conquistó Persia y su gesto sirvió de metáfora de todo lo que conviene resolver tajantemente, sin contemplaciones, de una forma que no se le había ocurrido antes a nadie. Pero hay críticos con este método, como Norberto Bobbio, quien afirma que “para deshacer nudos, hace falta inteligencia; para cortarlos, basta una espada”.

De esta leyenda, al parecer por consejo de Nebrija, tomó Fernando el Católico los símbolos de su escudo heráldico (un yugo y una soga suelta) y la divisa que las acompaña (“Tanto monta…”).

No hay comentarios:

Publicar un comentario