miércoles, 18 de febrero de 2015

La mujer en Roma: las patricias y las mujeres ricas.


Las patricias romanas pertenecían a la aristocracia de la ciudad de Roma, sus familias eran las mayores propietarias de tierras y las que poseían las fortunas más importantes. Con el paso de los siglos empezaron a aparecer otras fortunas, procedentes del comercio o de la "industria" que imitaron sus formas de vida y costumbres.

Como no debían trabajar para ayudar a sostener a su familia su vida era muy apacible, pero también con muy poca libertad porque ya vimos ayer que debían salir a la calle lo menos posible y siempre con criadas y acompañantes que las vigilasen. A pesar de ello, las patricias romanas apreciaban mucho el arreglo personal, al que dedicaban tanto tiempo como dinero. Incluso fue el motivo de su primera reivindicación legal. ¿Qué ocurrió para que estas nobles se quejasen de las leyes dictadas y hechas cumplir por sus padres, hermanos y maridos? Puede parecer sorprendente, pero no se quejaron de su falta de libertad personal o de su ausencia de derechos políticos, sino de la Lex Oppia (vigente del 215 al 195 a.C.), que les impedía engalanarse con joyas caras y utilizar telas con bonitos colores procedentes de tintes carísimos. ¡Menudo carácter tenían las romanas! Y como los senadores, finalmente, abolieron la ley, fueron criticados por algunos, que se burlaron de ellos diciendo que "el mundo es gobernado por los romanos, pero ellos están gobernados por sus mujeres" (El decir a un hombre que su mujer mandaba sobre él era una gran ofensa)


Tipos de peinados femeninos en Roma.

Las romanas usaban peines de todo tipo de materiales (bronce, marfil, hueso, carey, oro) con los que se peinaban de raya en medio para diario y con peinados elaborados, con trenzas y moños, en ocasiones especiales. Muchas mujeres rizaban su cabello con el calmistrum, un tubo de metal que ponían sobre carbones calientes, y luego se fijaban el peinado con ungüentos. En el cabello se usaban listones, peinetas y otros adornos. Los peinados seguían la moda del momento, y muchos retratos femeninos romanos son fechados hoy gracias al peinado con el que fue representada la dama en cuestión.

Existían peinadores profesionales que se llamaban ornator y pectinator que acudían a las casas de las señoras ricas. También se sabe de una gran variedad de cosméticos, cremas, ungüentos olorosos y perfumes, que las señoras guardaban en hermosos recipientes de cerámica, cristal y alabastro, generalmente importados de Grecia y Oriente. En ningún tocador elegante faltaba el imprescindible espejo, que se fabricaban en Alejandría, en Egipto.


Dama con los ojos pintados.

El maquillaje se vendía en forma de polvo y antes de usarse debía diluírse con aceite en pequeños platos. Los labios y las mejillas se pintaban de rojo, con pigmentos que se obtenían de ciertas plantas y moluscos. Los ojos se delineaban de negro y los párpados los sombreaban de color azul. El maquillaje propiamente dicho buscaba blanquear la tez, puesto que el bronceado estaba muy mal visto ya que se asociaba a la pobreza y a tener que trabajar en el campo. En ciertas épocas era también de buen gusto poseer un bonito entrecejo (fino y formando un ángulo entre las cejas), y las que no lo poseían se lo pintaban con hollín ¿A que es curioso cómo cambian las modas con el paso del tiempo?
Fuente de parte del texto e imágenes: Se piensa.

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