Fuente: Wikipedia.
Durante el Tercer Período Intermedio, la inestabilidad política y económica produjo una gran inseguridad y el aumento de los saqueos a las tumbas reales.
Puesto que los saqueadores no tenían reparos en trocear las momias para conseguir las costosas joyas colocadas como amuletos entre sus vendas, la vida eterna de los monarcas corría serio peligro. Esto llevó a que muchas de ellas se sacasen de sus tumbas ya saqueadas y se escondieran en pequeños hipogeos de nobles y sacerdotes. Al ser más discretas y no haber sido utilizadas para un funeral real, no eran conocidas por los saqueadores y dos de ellas han llegado hasta nuestros días.
La principal de ellas es la llamada DB320 (DB significa que está cerca del yacimiento arqueológico de Deir el Bahari), y en ella aparecieron los restos de cincuenta reyes, reinas, familiares reales y nobles. Alguno de ellos de los más importanes y conocidos, como Ramsés II o Tutmosis III, y otras ocho momias aún por identificar.
Otro escondrijo es la KV35 (Kings' Valley, es decir, del Valle de los Reyes), que es la tumba de Amenofis II, reaprovechada para albergar los cuerpos de otros monarcas.
Gracias a estos escondrijos (y a las sofisticadas técnicas de momificación egipcias, por supuesto) podemos mirar cara a cara a los grandes gobernantes el Antiguo Egipto.
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