martes, 24 de mayo de 2016

Enrique VIII y sus seis esposas.

Enrique VIII llegó al trono gracias a la mala salud de Arturo, su hermano mayor. Éste era el heredero al trono, pero tras su fallecimiento Enrique recibió el título de Príncipe de Gales que ostentan todos los herederos al trono inglés y se casó con la viuda de su hermano, Catalina de Aragón.

Enrique VIII fue un monarca enérgico, autoritario y aficionado tanto a la música y la cultura como a las fiestas, la caza y las diversiones. Aunque en su juventud era descrito como un joven muy apuesto, durante sus últimos años sufrió las consecuencias de sus excesos gastronómicos, padeciendo grandes dolores por la gota y heridas en la piernas que no curaban bien. Además, su mala alimentación le provocó obesidad, varices y escorbuto.




Enrique era hijo de Enrique VII Tudor, perteneciente a una rama secundaria de la casa de Lancaster, y de Isabel de York. Esta alianza matrimonial supuso el fin de la guerra de las Dos Rosas, la rosa roja que representaba a los Lancaster y la rosa blanca de los York. Para simbolizar esta unión, ambas rosas pasaron a formar parte de la heráldica de los Tudor en forma de una rosa con una corola de pétalos rojos y otra interior de color blanco.



Enrique fortaleció el poder de la monarquía, pero la sucesión se convirtió en un verdadero problema para él. De todos los hijos que tuvo con Catalina sólo sobrevivió María, lo que supondría, muy probablemente, el final de la dinastía Tudor. Por este motivo, cuando fue evidente que Catalina ya no podría tener más hijos decidió anular su matrimonio y casarse con una mujer más joven que pudiera darle el ansiado hijo varón. No le fue fácil conseguir la nulidad matrimonial, el Papa se la negó por las presiones del emperador Carlos V (sobrino de Catalina, que guerreaba en el Sacro Imperio defendiendo el catolicismo y cuyas tropas habían saqueado Roma en 1525 ¡quién iba a enemistarse con él!) y su esposa también se negó a aceptarla puesto que esto suponía que la hija de ambos fuera considerada bastarda, algo insultante e inconcebible para Catalina.

Al comprender que el Papa nunca concedería la nulidad, Enrique rompió relaciones él, se autoproclamó cabeza de la Iglesia Anglicana e hizo que el arzobispo de Canterbury declarara nulo su matrimonio anterior y le casara con la noble inglesa Ana Bolena. Mientras, encerró a Catalina en el castillo de Kimbolton, donde vivió hasta su muerte entre estrecheces económicas y la pena de no poder ver a su hija.







Dicen que el monarca, aficionado a la música, compuso para su nueva esposa una canción, muy conocida en el mundo anglosajón, Greensleves (mangas verdes).



Pero este segundo matrimonio tampoco dio lugar al nacimiento del deseado varón. Como su esposa no poseía familiares influyentes en las familias reales europeas, el rey no dudó en acusarla de delitos probablemente falsos, juzgarla y ejecutarla para casarse después con Juana Seymour. Con Juana sí consiguió engendrar un hijo, el futuro Eduardo VI, pero ella muere poco después del parto. Así Enrique pudo casarse otras tres veces más, esta vez movido por intereses políticos y personales.

Con Ana de Cleves se casó para establecer una alianza con los protestantes. Como no le agradaba su esposa (parece ser que el retrato que Hans Holbein pintó de ella antes del enlace estaba hecho con mucha buena voluntad ¡y mucho "photoshop"!), disolvió su matrimonio (ella no se opuso ¡cómo hacerlo después de lo que había pasado con Catalina y con Ana Bolena!), para casarse con la joven Catalina Howard, una joven y hermosa muchacha que cometió la imprudencia de serle infiel... por lo que fue juzgada y ejecutada. Sus últimos años los pasó con su última mujer, Catalina Parr, la única de las seis que le sobrevivió.


Retrato de familia de Enrique VIII. En él aparecen, en el centro, el rey acompañado de una de sus esposas, Jane Seymour, y el hijo que tuvo con ella, Eduardo. A la izquierda se sitúa la princesa María, hija de Catalina de Aragón, y a la derecha la princesa Isabel, hija de Ana Bolena. De esta manera en el cuadro están presentes cuatro de los cinco reyes que componen la dinastía Tudor: Enrique VIII; Eduardo VI; María Tudor e Isabel I.

Fuente de las imágenes: http://www.canalpatrimonio.com/es/noticias/?iddoc=52893 http://www.ovejaselectricas.es/?p=797 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/enrique_viii.htm

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