sábado, 21 de mayo de 2016

Triste España sin ventura.

El cuatro de octubre de 1497 falleció el infante Juan, heredero de los Reyes Católicos. Único hijo varón de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, se perfilaba como uno de los más poderosos monarcas cuando sucediera a sus padres, que le habían dado una educación esmerada que le convirtió, además de en un estadista muy preparado, en uno de los príncipes más cultos de Europa.

Un importante compositor de la corte de los Reyes Católicos creó esta canción para recordar este triste hecho.




Triste España sin ventura,
todos te deben llorar.
Despoblada de alegría,
para nunca en ti tornar.

Tormentos, penas, dolores,
te vinieron a poblar.
Sembróte Dios de placer
porque naciese pesar.

Hízote la más dichosa
para más te lastimar.
Tus victorias y triunfos
ya se hubieron de pagar.

Pues que tal pérdida pierdes,
dime en qué podrás ganar.
Pierdes la luz de tu gloria
y el gozo de tu gozar

Pierdes toda tu esperanza,
no te queda qué esperar.
Pierdes Príncipe tan alto,
hijo de reyes sin par.


Llora, llora, pues perdiste
quien te había de ensalzar.
En su tierna juventud
te lo quiso Dios llevar.

Llevóte todo tu bien,
dejóte su desear,
porque mueras, porque penes,
sin dar fin a tu penar.

De tan penosa tristura
no te esperes consolar.

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