martes, 15 de marzo de 2016

Pandora.



Zeus, como castigo a los hombres por aceptar el regalo del fuego de Prometeo (también duramente castigado como ya sabéis) mandó crear a una mujer que impresionase a todos y fuese el instrumento de su venganza. Ordenó a Hefesto que modelara una mujer de barro, a los Cuatro Vientos que le infundieran aliento y a todas las diosas que la vistieran y engalanaran.

El ilustre Hefesto hizo a la mujer bella, casi tan bella como las diosas; pero los volubles vientos, por mandato del que amontona las nubes, le insuflaron un alma malévola y perezosa. Atenea le regaló luego «un vestido de resplandeciente blancura..., un velo... bordado con sus propias manos y una... corona de fresca hierba trenzada con flores». Una portentosa diadema de oro había cincelado para ella el dios de la forja. Las divinas Cárites (Las Gracias) le pusieron collares de oro y las Horas le dieron una espléndida melena.

Por fin Zeus, contento de lo que tramaba, la presentó ante la asamblea de los demás dioses para que la enriqueciesen con cuantos dones pudieran hacerla más apetecible. Entonces «un estupor se apoderó de los inmortales cuando vieron el espinoso engaño, irresistible para los hombres, pues de ella desciende la estirpe de las mujeres, gran calamidad para los mortales». Obedecieron sin embargo a la sugerencia, que era mandato, y se sabe que Hermes le puso en la boca elocuencia y palabras seductoras y equívocas, que Apolo la adornó con dotes para la música. Sospechan algunos que Afrodita le concedió el don de la seducción y aseguran otros que Hera, a escondidas de su esposo, convocó a sus hermanas Hestia y Démeter quienes pusieron en la neófita la prudencia, la constancia y la fortaleza. Atenea, unida esta vez a sus tías, le dio sabiduría para discernir la justicia.

La llamaron Pandora, la que posee todos los dones, pero antes de enviarla a los humanos, Zeus le entregó un ánfora o cofre, según otros, que se supone contenía inmensos bienes y presentes para Prometeo con la advertencia de no abrirlo, lo que ella prometió a pesar de la curiosidad que le mordía el alma.

Hermes fue el encargado de conducirla, como un regalo del cielo, hasta Prometeo, quien, astuto y precavido, la rechazó e indicó a su hermano que, como había hecho él, desconfiara de cualquier regalo de Zeus. Fue entonces cuando Zeus ardió de cólera y encadenó a Prometeo a una roca del Cáucaso para que se lo comieran los buitres. Epimeteo, sin embargo, joven y cándido, se enamoró locamente de Pandora nada más verla, se desposó con ella y aceptó la caja como dote. Luego, ávido de curiosidad, abrió la caja de la que no salieron más que horribles males, pestes, guerras, hambres, muertes... Horrorizado, intentó cerrarla, pero sólo consiguió retener dentro a la Esperanza, que ayuda desde entonces a todos los hombres a soportar los males escapados de la caja y extendidos por toda la faz de la tierra. El paraíso se había terminado.



Otras fábulas afirman que fue Pandora quien abrió la caja. Incluso otra versión dice que la caja contenía bienes sin cuento para la humanidad, pero se destruían al darles salida, o bien, huían inalcanzables. Dicen otros que este ánfora, que luego dijeron era arca atada con mil nudos, estaba llena de dones divinos, que una vez liberados abandonaron para siempre al hombre y regresaron al Olimpo, todos menos la Esperanza que se quedó atrapada en el fondo del ánfora.

Como veis la historia no deja en buen lugar a la primera mujer, que aparece adornada por no pocos ni pequeños defectos... ¿Qué relación estableceríais entre este mito y la posición que hemos visto que ocupaba la mujer en la sociedad griega?

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