lunes, 4 de abril de 2016

El rapto de las Sabinas.



Como fin a los mitos sobre la fundación de Roma hoy conoceremos la historia sobre el rapto de las sabinas.

A la recién fundada Roma acudieron hombres de muy diversa procedencia, pero apenas había mujeres. El astuto Rómulo utilizó una treta para solucionar este problema: preparó una fantásticos juegos en honor del dios Neptuno e invitó a ellos a todos los pueblos vecinos. Éstos acudieron encantados, y los sabinos, que eran los más cercanos, llegaron acompañados de sus esposas e hijas.

Mientras los juegos se desarrollaban y aprovechando que los sabinos estaban totalmente absorbidos por la emoción de la competición deportiva, los jóvenes romanos secuestraron a las muchachas sabinas y después echaron de la ciudad a sus padres y hermanos.

Los sabinos, rabiosos por la pérdida de sus muchachas y por el ladino engaño de Rómulo decidieron vengarse, y atacar la ciudad en cuanto pudieran.

Por fin llegó el momento de cumplir su venganza y sitiaron la ciudad de Roma. Pero sus murallas resistieron y no podía asaltar la urbe... hasta que una joven vestal, llamada Tarpeya, les habrió la puerta de la ciudadela a cambio de que ellos le dieran "lo que llevaban en los brazos". Lo que no podía imaginarse la pobre Tarpeya es que los sabinos, avergonzados por la traición que ella estaba cometiendo, en vez de entregarle sus brazaletes de oro o plata la aplastaron bajo el peso de sus escudos, lo que le causó la muerte. Para humillar su memoria, arrojaron su cadáver al vacío desde una roca cercana. Desde ese momento la roca recibió el nombre de la ambiciosa muchacha y fue utilizada para despeñar desde ella a los asesinos y traidores condenados a muerte.

Aspecto actual de la Roca Tarpeya, Roma.
Fuente: wikipedia.

Durante el combate entre sabinos y romanos las preocupadas sabinas se interpusieron entre ellos llevando consigo a los bebés que habían tenido muchas de ellas. Rogaron a sus padres y hermanos que no matasen a sus esposos, que las habían tratado respetuosa y cariñosamente, y pidieron a sus maridos que no hicieran daño a los familiares que tanto querían.


Gracias a esta valiente intervención ambos pueblos firmaron la paz y vivieron juntos en la nueva ciudad.

Este mito es una narración mitológica que recoge los verdaderos orígenes de la ciudad de Roma, que surgió por el sinecismo (unión de varias aldeas muy cercanas entre sí, dando lugar a un núcleo de población más grande) de varias aldeas de tribus latinas y sabinas que se encontraban en un zona inundable por el río Tíber y rodeada por siete colinas.



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