sábado, 2 de abril de 2016

Los antepasados de Roma: Eneas, el último troyano.


En Troya un guerrero destacaba como el más valiente después del poderoso príncipe Héctor, era Eneas, hijo de Anquises. Y no era de extrañar su arrojo y habilidad en la lucha puesto que, sin él saberlo, su madre no era otra que la diosa Venus (Afrodita). Era cuñado de los príncipes Héctor y Paris al estar casado con su hermana Creúsa. Su hijo se llamaba Ascanio en griego, pero los romanos lo llamaron Iulo.

Como buen troyano debería haber muerto defendiendo su ciudad, pero su madre le ordenó huir junto con su familia y algunos troyanos más. Como su padre estaba cojo y era muy anciano, debió cargarlo sobre sus espaldas y así es como frecuentemente lo representan los artistas.

Venus no quiso que Creúsa pudiera acompañar a su esposo, por lo que Eneas inició su viaje con la orden de su madre y de Júpiter (Zeus) de fundar una ciudad donde ella se lo indicase. Pero el odio de Juno (Hera) hacia lo troyanos no estaba satisfecho con la destrucción de la ciudad y ordenó al dios del viento Eolo que provocase una gran tempestad que hiciese naufragar el barco de Eneas. Por fortuna, fueron rescatados por marineros de Cartago, que los llevaron a su ciudad y los pusieron al cuidado de su reina, llamada Dido.

Dido se enamoró locamente de Eneas gracias a la intervención de Eros e intentó retenerlo junto a ella y conseguir casarse con él, pero las órdenes de Júpiter (Zeus) eran claras: el linaje de Afrodita debía fundar una ciudad que con el tiempo fuese la más poderosa del mundo y no podía hacerlo en tierras africanas ni tan cerca de otra gran urbe como Cartago. La partida del troyano entristeció tanto a la reina cartaginesa, que se quitó la vida con la espada que éste había dejado como recuerdo.


Por fin Eneas llega al lugar escogido por los dioses para crear el germen de Roma, el Lacio, un territorio situado en la Península Itálica y por donde discurre el río Tíber. Allí se casa con la princesa Lavinia, con quien tendrá a su hijo Silvio. Su hijo mayor, Iulo, funda la ciudad de Alba Longa, iniciando la dinastía de la que nacerán Rómulo y Remo... aunque esa es ya otra historia.
Como también es otra historia la de la familia romana que se creía descendiente de este Iulo, y por tanto también se creían descendientes de la propia Venus, todos habréis oído hablar del más famoso de los integrantes de la gens (linaje) de los julios, Julio César.

Esta historia fue narrada por uno de los grandes poetas romanos, Virgilio, que llamó a su obra la Eneida.

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