domingo, 7 de febrero de 2016

Las tumbas reales de la ciudad de Ur.




















Estandarte real de Ur: nácar y lapislázuli sobre madera



La antigua ciudad de Ur se encontraba en el sur de Mesopotamia, en la desembocadura del Éufrates en el Golfo Pérsico y muy cerca de la poderosa ciudad de Eridú.En la actualidad el tell (colina formada por las ruinas de adobe de las construcciones urbanas) tiene unos doce metros de altura y se encuentra cerca de la tristemente conocida ciudad iraquí de Nasiriya.


A principios del siglo XX las excavaciones arqueológicas descubrieron una impresionante necrópolis que albergaba, entre muchas otras, las tumbas reales. Imaginad por un momento ser los descubridores de una de estas tumbas, como la de la reina Puabi. Cómo abrieron por primera vez en milenios una tumba en la que encontraron cosas impresionantes y terribles.


Los reyes y nobles de Ur se enterraban junto a gran parte de sus riquezas, joyas, armas, muebles... ¡y sirvientes! En las cámaras funerarias aparecen decenas de esqueletos: de soldados armados para proteger a su señora en la otra vida, damas enjoyadas que bebieron veneno para iniciar el viaje y acompañar así a su reina (incluso alguna tenía todavía las manos sobre un arpa que parece que tocaba mientras estaba agonizando). Y, en la cámara funeraria, el cuerpo de quien recibió tantas ofrendas, la reina Puabi, prácticamente sepultada entre joyas de cuentas de oro y piedras semipreciosas, con un soberbio tocado de cintas, hojas y flores de oro.
















¿Qué les llevó a hacer morir a tantas personas sólo para enterrar a un personaje importante? ¿Los sirvientes participaron por propia voluntad y convencidos de lo que hacían o fueron obligados? Éstas son preguntas que aún nos hacemos al conocer la impresionante historia de las tumbas reales de Ur.

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